lunes, 8 de junio de 2015

Comer para crecer

En el último año, contando desde el final de curso  pasado más o menos, Daniel ha crecido ¡siete centímetros! y ha engordado casi tres kilos.  Evidentemente no tiene ni una estatura ni un peso equiparables a un chaval de su edad que no tenga ningún tipo de problemática. Pero esa no es la referencia real para nosotros. Nuestra referencia es la propia progresión psicofísica de Daniel, y ésta es muy positiva. Decir que Daniel continúa progresando, como puntualizaba bien la enfermera del colegio en su nota con las mediciones de estatura y peso, no es algo baladí. Las alteraciones motoras y cognitivas que en menor o mayor grado lleva consigo la parálisis cerebral (que podemos considerar un estado de cosas, dijéramos, derivado de una determinada causa, que en Daniel fue una encefalopatía hipo-isquémica perinatal) complican lógicamente cualquier situación, incluida la del propio desarrollo físico.  Así que estamos encantados de que se le haya quedado más que pequeña toda la ropa de hace unos meses, por supuesto la del verano pasado, ni probarla, para qué. Aunque reconozco que a mi se me haga un poco raro notar que su mano ya es tan grande como la mía… (aquellas manitas) … la medida del tiempo que pasa.

Tenemos otra noticia más que estupenda, que se refiere a la alimentación.  Hace ya algunas semanas que en casa Daniel ha dejado de comer triturado. Digo en casa, porque Inma se llevó un día la gran sorpresa, cuando la cuidadora de Daniel en el colegio le informó de que allí comía ya sin problemas, desde hacía cierto tiempo, los alimentos chafados o muy poco triturados según de qué se tratara. Inma, que es a su vez monitora de comedor, se sintió como una madre más: sartén de palo, me dijo, en casa del herrero, al darme la noticia: Daniel come mejor en el cole que en casa … Hasta que ella se puso manos a la obra, claro. Así que se han terminado las sesiones de cocina de triturados. Y con lo comilón que es el chaval y lo que aprecia los buenos alimentos, sé que está feliz de poder apreciar más en profundidad los diferentes sabores, sobre todo de sus platos preferidos: espaguetis, patatas bravas, tortilla de patata, rape, gambas, estofado de pavo ...

Hay que entender que, no obstante, no es que Daniel mastique, tal y como entendemos esa acción habitualmente. Como dicen los expertos, realiza más bien una acción de bisagra, chafando el alimento. Por eso hay que medio triturar los alimentos más duros, como carne. Pero otras cosas puede comerlas chafadas sin más: verdura, tortillas, albóndigas, pescado, etc. Además sus almuerzos en el cole han cambiado radicalmente: del típico yogur casi diario ha pasado al sándwich con diversos ingredientes: patés, queso en crema, o esas cremas con gustos diversos: jamón, pimientos, etc., que le gustan mucho.

Es evidente que todo este avance en la alimentación, su mejora en la forma de alimentarse, tiene que ver claramente con sus progresos en el lenguaje.  Es una evolución muy notable en todo lo que se refiere a la zona buco-oral, que tiene una importancia fundamental.

No sé cómo andarán en otros territorios; pero en Aragón sólo existe una unidad dedicada a la disfagia pediátrica, integrada en la Fundación Atención Temprana. A Daniel le realizaron una valoración hace ya un tiempo, y creo recordar que tanto a Inma como al colegio les dieron algunas indicaciones sobre cómo proceder para buscar una mejor gestión de esas funciones buco-orales por parte de Daniel.

No es, sin embargo, un tema que haya sido objeto de estudios muy completos. Al menos no han sido expuestos, como bien indican los autores de esta memoria que enlazamos, que me ha parecido muy interesante, técnica, pero fácilmente comprensible, por si a alguien le sirve de ayuda de cara a centrar algunos aspectos del tema.



También anoto el enlace a la página de la Fundación Atención Temprana,  para todos aquellos que vivan en Aragón, claro.



Termino con una imagen del Daniel "mayor" que ya es: una fotografía que le hizo su abuela Pilar el día que fue a las Cortes de Aragón para exponer en el hemiciclo con otros chavales de su colegio y de otros las peticiones para la mejora de la educación






2 comentarios:

Lola dijo...

Bravo Inma, me alegro muchíiiiiiisimo. Yo te entiendo perfectamente, estiendo tu gozo ante estos logros que, bien seguro, tienen muchas horas de esfuerzo y tesón. enhorabuena a los dos. un abrazo fortísimo

Carmen dijo...

Alegría es lo que siento leyendo las cosas buenas que van pasando en la vida de Daniel.
Besicos.