sábado, 11 de febrero de 2017

Discapacidad y 3d

Os muestro un pequeño objeto realizado mediante una impresora 3d. Como veis es un llavero con la manita que representa al Colegio Ángel Riviere. Como explica el texto de la hoja del cuaderno de comunicación, a los educadores y alumnos del colegio les hicieron una demostración, hace unos días, de impresión en 3d. Y al final les regalaron este detalle.



Hay que decir que los centros educativos de educación especial están siempre muy en contacto con los avances tecnológicos y sus aplicaciones para estimular sensorial e intelectualmente a los alumnos, para explorar nuevas vías pedagógicas adaptadas a las necesidades de los mismos y a su condiciones funcionales diversas. Está claro que la necesidad es la mejor aliada de la imaginación y la capacidad de crear alternativas a situaciones que parecieran insoslayables.

Entiendo que en la demostración que les harían a la comunidad del Ángel Riviere sobre las posibilidades de la impresión 3d, se centrarían en la estimulación sensorial, en la ayuda y apoyo que puede ofrecer para el trabajo  creativo con objetos, etc. Sin duda se abren un buen montón de vías pedagógicas y para la activación de funcionalidades personales: libros en 3d para invidentes, mapas en 3d, etc.

Pero quería ahora, al hilo de la manita impresa, derivar hacia el terreno de la ortopedia. Hay ya avanzadas muchas investigaciones e iniciativas para conseguir y realizar, mediante la impresión 3d, prótesis ortopédicas personalizadas al cien por cien (más manejables, también con diseños más estéticos e incluso divertidos si se quiere así), sillas de ruedas también completamente adaptadas a cada individuo en particular, etc., etc. 

Hay ya muchos ejemplos: el de la silla de ruedas Go que ya fue presentada por el estudio londinense de diseño Layer (http://layerdesign.com/projects/go), pero también otros menos industriales, realizados de forma artesanal, como el ejemplo de un grupo de estudiantes  que ayudaron a un colega a mejorar y adaptar a sus necesidades y deseos la silla de ruedas que utiliza, 



La cosa es que la impresión en 3d incorpora tres parámetros absolutamente revolucionarios en el campo de la ortopedia: la personalización milimétrica a cada individuo (frente a la adaptación más estandarizada actual), el recorte de tiempo para producir el elemento y disponer de él, y, muy importante, el  abaratamiento del coste final. En el presente asistimos a una especie de eclosión de posibilidades e iniciativas, y todas ellas producen mucho entusiasmo en cuanto a sus aplicaciones desde ahora en adelante. Con las complicaciones burocráticas y técnicas, y por supuesto económicas, que siempre hay que afrontar a la hora de renovar el material ortopédico, la extensión de la impresión 3d como tecnología ortopédica puede ser un cambio radical en la vida de muchas personas con diversidad funcional.

Habrá que luchar para que el mercado no corra a aprovecharse en su solo beneficio de la reducción de costes de producción, porque estoy segura de que intertarlo, lo intentará. Y otros creo que ya lo piensan y lo temen también, como parece demostrarlo el hecho de que ya se haya inventado el “biohacking”, un movimiento y una práctica en los que los informáticos unen su conocimiento a biólogos y médicos para conseguir, por ejemplo, fabricar una prótesis para pierna por 50€ (http://www.lne.es/oviedo/2017/01/21/marrero-protesis-piernas-impresion-3d/2045068.html) .


En esta misma línea, podemos citar ya muchas otras iniciativas: laboratorios de universidades como el Fablab Madrid Ceu, la Fundación Materialización 3D, etc.

Cunda el ejemplo. Ojalá.

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