martes, 22 de mayo de 2012

Fiesta/Asamblea de Araprode

De un tiempo a esta parte suelo decir lo mismo siempre: se acumulan las tareas y responsabilidades. Es tremendo. Coinciden muchas cosas. Concurre también una época complicada y difícil para todos. Este contexto enreda todavía más las circunstancias. Porque una se encuentra con demandas y problemas que quizás en otro momento hubiera soslayado. Sin embargo, ahora, no resulta coherente; apetece la toma de partido por algunas causas en peligro, por logros debidos al esfuerzo de muchos, durante muchos años, que ahora aparecen sin embargo desde algunas instancias bajo la consideración de superfluos aprovechando el contexto  de descontrol económico en el que vivimos, en vez de aprovecharlos como una fuente de recursos y generación de empleo (por ejemplo), además de valorarlos como los derechos inherentes a la dignidad humana que son (claro).

Bueno, este párrafo anterior es obra del dragón que no cesa de perseguirme. Porque lógicamente hay preocupación. Hay preocupación sobre todo por los más frágiles. Uno puede ser muy fuerte como individuo pero pertenecer a un colectivo frágil. Y la fragilidad, que no es ninguna discapacidad, si no en todo caso una cualidad o una actitud, nos atañe a todos de una manera o de otra (o a casi todos).

Preocupación.

Cierto desaliento, a veces, también. Después de todo el camino caminado. Ahora que empezábamos a encontrar ciertos avances en la visibilidad de la discapacidad dentro de los diferentes entornos sociales; ahora que empezábamos a notar algunas sinergias entre colectivos, entre colectivos e instituciones; ahora que estábamos levantado cimientos...

Pero hay que seguir. 


Las organizaciones, los colectivos, las familias siguen trabajando por el día a día. Eso pudimos constatarlo bien el sábado en la fiesta/asamblea de Arapode (Asociación aragonesa pro desarrollo psicomotor del niño). Araprode es una asociación pequeña. Esta formada por un buen puñado de familias que tienen en su seno chicos con diversidad funcional; familias que trabajan por proporcionar a esos chicos medios e instrumentos que les ayuden a crecer, a integrarse, a divertirse, a estar bien. 

El sábado nos fuimos a pasar el día todos juntos y tuvimos mucha suerte, porque hizo un tiempo fantástico para estar al aire libre. Araprode ha conseguido ya tener un buen equipo de monitores para estar con los chavales y, después de que todos ellos comieron, se los llevaron a dar un vuelta por la piscina, a ver los juegos y deportes -Daniel estaba entusiasmado con los partidillos de fútbol que se estaban jugando- y a continuación se fueron a la ludoteca del centro cívico Teodoro Punter y al parque: se tiraron por la hierba, pintaron, jugaron, etc, etc. Mientras los mayores (que también comimos) celebramos la asamblea anual para rendir cuentas (crematísticas y de actividades), para ponernos al día, para planificar nuevas actividades y trabajos en este año, para repartir esas tareas, para cargar pilas entre todos.

Es la única manera. Que la gente se ocupe y preocupe. Unos con otros, unos por otros. Es la única manera de hacer sociedad. Es la única manera. Tener esperanza.





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