Me cuentan que Daniel está feliz y encantadísimo en la playa, de vacaciones. Aún le quedan unos días. Ya se puso muy contento cuando le dijeron que se iban para la playa y vio que se hacían las maletas. Le gusta el mar, disfruta mucho en el agua del mar. Bueno en cualquier agua -ya sabéis- , pero las olas marinas ya son la pera limonera, cuanto más y más gordas, mejor: aunque su padre, el hombre, acabe agotado, tanto saltar olas con el criaturo a cuestas. Pero, bueno, como supondréis, papá se lo pasa también estupendamente. Menos mal que la playa de Cambrils, en la zona de "playa natural", es ideal para este tipo de actividades: una larga plataforma de arena firme y lisa que penetra en el Mediterráneo muchos metros.
Es una playa muy guapa. Pero es una playa en realidad poco accesible, en realidad. Se extiende a lo largo de un paseo marítimo bastante prolongado, y sin embargo, por lo menos hasta hace unos meses, no existe más que un acceso practicable para las personas con discapacidad. En ese punto sí que hay unas buenas rampas y un pasillo de madera que llega casi hasta la orilla. Además el acceso está junto al puesto de la Cruz Roja, cuyos voluntarios ayudan al manejo de las sillas adaptadas para el baño, si se quiere. Pero hoy en día, las zonas de playa se han extendido muchísimo, a lo largo de casi todas las urbanizaciones que hay en la localidad. Y en esas zonas yo no he visto accesos adaptados. Como siempre decimos, poco a poco, en fin. Aunque no deja de llamar la atención la diferente atención que ha merecido en la última remodelación del paseo todo el equipamiento para carril-bici, mobiliario urbano, zonas de juegos para niños, etc, frente a la inexistencia de elementos accesibles.
De todas formas, seguro que Daniel opina que no hay que dejar que estas cosas le fastidien a uno el veraneo. Y así es. Me cuentan que esta tarde se lo ha pasado genial en el agua, que ha terminado cansado de verdad, aunque a la noche ya parecía bastante recuperado: le oía desde el teléfono charrar sin parar mientras su madre me contaba estas cosas. Lastimosamente se han olvidado el cable usb de la máquina de fotos; pero ya las pondremos a su regreso. No importa. Las vacaciones son vacaciones. Por eso también espaciamos ahora un poco más las entradas en el blog. La foto de acompañamiento es de Cambrils.
4 comentarios:
Sí que se ve preciosa esa playa, ¿estará Daniel en estos momentos combatiendo el calorazo a base de olas fresquitas?
Seguro que cuando conectéis el cable a la cámara se produce una buena avalancha de fotos en el ordenador, jeje.
Besos.
Rosa.
No te quepa duda, a ver si podemos colgar unas cuantas, je, je. Que siga bien el verano, guapa, y como supongo que tendrás trabajillo, tomalo con calma, a sorbitos...
Un beso
Me alegro mucho por Daniel.
La playa esa parece excelente para pasarlo pipa.
Esperemos las fotos.
Besos con mis mejores deseos para todos.
Gracias, Ybris, un beso.
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