Llevamos ya un par de semanas de campamento de verano y hay que decir que con gran éxito. Bueno, sobre todo, al parecer, con enorme-enorme dosis de diversión, en lo que a Daniel se refiere.
No es un campamento inclusivo. Es un campamento concebido para niños con discapacidad. Pero la verdad es que los chicos se lo pasan muy bien.
Lo que nos han contado de Daniel: su interés principal en este verano de campamento: la p-i-s-c-i-n-aaaaaaaaa. ¡Por favor, piscina, piscina, piscina! Es un Daniel-delfín este niño. Comentan a Inma las monitoras que todos disfrutan mucho en la piscina. Que habían pensado, ahora que ya están todos los niños que se esperaban para este mes, reducir un poco los horarios piscinarios para meter un poco de caña en actividades algo más serias, digamos. Pero a las monitoras se les ha ablandado el corazón al ver cómo se divierten sus pupilos y finalmente no habrá reducción de horas/piscina. Uno de los que más habrán agradecido esta decisión será seguro Daniel. Contaba ayer Noe (que ya ha sido monitora de Daniel en terapia ocupacional dentro del programa de Araprode) que dentro de la pisicina combinan fórmula churro con fórmula colchoneta, básicamente para poder ellas, las monitoras, descansar un poco. El listillo de Daniel, cuando está sobre la colchoneta, se dedica a reptar sobre ella hasta conseguir zambullirse. No le pueden quitar ojito, vamos. Y de descansar las chicas, ¿para qué? debe pensar el niño. ¿Qué es ésto de estar en la piscina encima de una colchoneta? Ni hablar. ¡Al agua!
Las monitoras además comentan encantadas sobre los cambios tan espectaculares que los chicos demuestran en cuanto a su movilidad cuando están dentro del agua. Por eso aprovecha el fisioterapeuta para hacer la sesiones también allí. Así que entre unas cosas y otras, pasado por agua tenemos el campamento.
Otra cosa muy positiva este año es que Daniel se va todas las mañanas sin protestar. Creemos que se aunan dos circunstancias: la piscina-piscina de la que disponen este año (en los anteriores era piscina-balseta, y no es lo mismo claro), y también el que las monitoras son todas ya conocidas y éso le inspira confianza, seguro. Daniel es tímido, pero además es listo: hasta que él no comprueba que puede fiarse de la gente a cuyo cargo está desarrolla siempre una cierta actitud de prevención e incluso de disgusto. Pero este año, ya sabía que toda la gente que tiene alrededor en el campamento es de c-o-n-f-i-a-n-z-a.
Me cuenta Inma que a la hora de marchar por la mañana, sólo se enfada por una cosa: porque su amiga Rocío no contesta a su saludo matinal. Cuando sube al autobús, Daniel saluda a Rocío: ¡Hola sio!, hasta cinco o seis veces. Pero Rocío no sabe decir hola. Así que le sonríe y se pone muy contenta. Pero Daniel es un poco tirano: quiere que le conteste y si no lo hace como a él le gustaría, se cabrea. La madre de Rocío, que es buena amiga de Inma, opina que su hija más bien se hace la interesante. Porque, dice, le tiene gran aprecio a Daniel y en las fotos que cuelgan en su cuarto con todos los chicos del colegio -Rocío asiste también al Angel Riviere-, siempre le busca y le señala. Pero luego cuando se ven, pues eso, se hace la interesante, y claro el cabezota de Daniel se cabrea. Luego se les pasa, claro, y en la piscina, a la que Rocío también le ha cogido el tranquillo, aunque su madre dice que el agua no le gusta, se lo pasan pipa. En fin, parece el típico affaire veraniego de campamentos... Estos niños.
3 comentarios:
Claro que tiene que ser un éxito lo de la piscina para esa chavalada.
Ya veo a Daniel pasando de colchonetas y churros y trabajando por libre.
Me alegro un montón por Daniel.
Besos y abrazos.
(En el último párrafo, línea séptima hay un nombre cambiado ¿no?
Espero que todo te vaya saliendo pasablemente dentro de lo complicado)
Un exitazo, efectivamente, Ybris. Y gracias por la atenta lectura: nombre cambiado, sí. Ya lo he corregido.
Seguiremos contado cosas del campamento, que da de síiiiiiii...
Con lo bien que les va el agua...que cosa más estupenda. Lo siento por las monitoras, si, pero ¿colchonetas?, quita quita.
Recuerdo que en ambos embarazos, tuve dos veranos tipo ballena, era donde mejor me encontraba. Allí mi movilidad era como la de cualquiera..¡¡era libre!!..Ainhoa también está disfrutando una barbaridad de la pisci al sol este verano. Bea, su fisio, le nota ya el trabajo. El agua es así.
Si encima tuviera más compis "diferentes" sería la pera querida.
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