sábado, 6 de junio de 2009

Signos (Retratarse/2)

Habíamos ido a pasar la tarde a Cambrils. Daniel era muy pequeño, un bebé en realidad. Quizás tendría algo más de un año. Estábamos en una cafetería céntrica de Cambrils. Acompañe a Inma y al pequeño hasta el baño para cambiarle el pañal. El cambiador era una superficie de formica blanca pegada al espejo que cubría la pared. Mientras su madre le cambiaba, Daniel se giró y alargó un poco el brazo hacia su imagen en el espejo. Era la primera vez que acometía un gesto de tal envergadura. Sentí una alegría enorme, de verdad, y comentamos entre nosotras: vamos bien, despacio, pero bien. Ese gesto había sido un modo de reconocimiento hacia el exterior, de comunicación buscada.

Al cabo de unos meses tuvimos una reunión con la psicóloga de la Fundación Rey Ardid, donde Daniel acudió a la Atención Temprana hasta que fue escolarizado. Ella quería evaluar la situación general de Daniel. Yo lo tenía sentado encima, enfrentado a la mesa, al otro lado de la cual estaba la psicóloga; Inma estaba a nuestro lado. La psicóloga le preguntó al chaval si le quería dar la mano. Hay que decir que gestos como esos eran por entonces muy difíciles de ejecutar para él. Pero vi como levanta y adelantaba levemente un dedo, y exclamé ¡ahí está, él quiere darte la mano! No sabía si ellas se habían dado cuenta. Pero también lo vieron. La psicóloga nos dijo lo importante que era que fuésemos capaces de interpretar señales como ésa. Y era verdad. Ese dedo moviéndose al ser reclamado por la psicóloga fue para mí revelador. Me hizo ser consciente de que en Daniel existía una auténtica voluntad de comunicación y de respuesta hacia nosotros, hacia los estímulos exteriores. No es que no hubiera habido signos de ello hasta entonces. Siempre habíamos jugado, por ejemplo, a que él imitase mis gritos, o la risa, a asociar algunas músicas a momentos diferentes, en fin cosas que podían resultarle fáciles y que le ayudaban a tender puentes de reconocimiento con nosotros. De un modo instintivo para mi todo ello eran canales de comunicación hacia él. Pero el día de la visita con la psicóloga en la Fundación Rey Ardid supe que él buscaba ya también sus vías de comunicación hacia nosotros. Que en su cabeza un mundo crecía. Y ahí empezamos de alguna manera otra etapa. Y reconozco que en éste y algunos otros momentos similares he sentido una emoción fortísima, difícil de explicar, una fuerza determinante.

Cuelgo un par de fotos que me ha pasado Inma de entre las que le han mandado del cole sobre una visita que hizo la clase de Daniel al cuartel de la policía municipal. Todos los años van. Los chavales lo pasan bomba. El gesto serio de Daniel también es suyo. Aunque no lo parezca, por su facilidad para la risa abierta y generosa, Daniel es un tipo bastante serio de carácter.



Después de haber pasado junto a la reproducción del coche de Alonso este momento habrá sido muy especial para Daniel, seguro.

4 comentarios:

mama de patu dijo...

hola te escribo desde argentina mi blog es miangelpatricio.blogspot.com tengo un bebe de 6 años que tambien estamos en los detalles de sus necesidades, aveces abre la boquita y nosotros le decimos que nos quiere besar y el se sonrie,y tambien como tu dani tiene mucho caracter te feicito por tu hijo, un abrazo silvia

ybris dijo...

No me extraña que os emocionarais si ya emociona incluso leerte contándolo.
Debe de ser el deseo de comunicarse a fondo con quien tanto desea comunicarse.
Bonitas fotos de Daniel. Serio o sonriente se le ve siempre dueño de la situación.

Besos.

Luisamiñana dijo...

Silvia, Daniel es mi sobrino, aunque no seguramente no menos importante para mi que si fuera hijo propio, lo reconozco: por muchas cosas. Mucho ánimo para seguir trabajando con tu chavalín. Por aquí andamos, si algo se les ofrece. Un abrazo.

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Las vivencias con Daniel siempre han venido llenas de muchas emociones. Sucede igual con todos los niños, desde luego. Pero hay un matiz especial, claro.
Ybris, no sabes cuánto agradezco tu empatía y simpatía. Besote.

laMima dijo...

Si, tuvo que ser un momento muy especial, me emociono yo al leerlo...
Que gusto esa fuerza por comunicarse, ese deseo suyo de continuar hacia delante.
Y oye, será serio de carácter si tu lo dices, pero cuando se ríe en las fotos casi me parece oirle.
Besicosmil.