miércoles, 29 de octubre de 2008

Little things

Había previsto para hoy un post de los currados: legislación de servicios sociales, protocolos de actuación al respecto, etc. Lo pensé hace un par de días, al leer el post de Lamima sobre las dificultades para incluir a los niños con acondroplasia en los programas de atención temprana (Lamima siempre me hace pensar-) . Bueno, lo del post lo quiero hacer desde hace tiempo; pero más a raíz de ese otro de Lamima. Pero hoy necesito otro clima, algo más ligero, digamos.


Entre la llegada anticipada e inmisericorde del invierno en esta parte del hemisferio norte y algún asunto personal que me ha causado cierta zozobra y algo de tristeza, estoy para pocas rabietas. Prefiero, la verdad, refugiarme en las cosillas más cotidianas, del día a día. Y contaros, por ejemplo, que esta mañana me ha telefoneado Inma y me ha relatado la bronca que le ha echado Daniel cuando le ha puesto abrigo, gorro y bufanda… Había cuatro grados a la hora de ir al colegio. Con cierzo. El cierzo es nuestro viento local del noroeste, que se encaja en el valle del Ebro y nos deja temblando cuando sopla. Pero Daniel no soporta las capas de ropa. Y lo que menos le gusta es el gorro. Me he reído bien a gusto, imaginando la escena, mientras Inma me la iba narrando: Daniel chapurreando sin parar en su idioma los exabruptos consiguientes y su madre: ¡que me da igual lo que me digas! ¡que hace frío y basta! Eso sí, lo ha debido de forrar de ropa, porque la cuidadora del autobús ha comentado al llegar Daniel: ¡pero si casi no se te ve, criatura!... ja, ja…

Ayer pasamos una de esas tardes tele-ordenador-caseras, que tan bien vienen de vez en cuando. En Playhouse hacen una tríada vespertina de dibujos animados que a Daniel le encantan todavía: Pinky Dinky Doo (de la que ya hablamos hace unos días), Little Einsteins y Juan y Tolola. Con los Little Einsteins el chaval se lo pasa pipa. Es una serie muy didáctica, que incorpora todo el rato música (ya sabéis que a Daniel le encanta la música) y que invita a la participación gestual de los chicos. Me encantó ver a Daniel ayer intentando con ganas levantar los brazos a ritmo– y consiguiéndolo un poco (hay que tener en cuenta que para él es díficil controlar el alcance de sus movimientos), mientras yo lo sostenía en pie-, al ser invitado por los protagonistas a hacer ese gesto para ayudar a volar a su nave. Saltar, hacer el movimiento del pedaleo con las piernas, voltearse… un montón de actividad, gracias a una serie de dibujos. Y reír, reírnos mucho.








Cuando terminó Juan y Tolola –esta serie también le gusta, pero sin tanto entusiasmo-, Daniel se lanzó al suelo y me dirigió hacia la habitación del ordenador. Una nueva buena sensación, también referida a la motricidad fina: a Daniel le gusta mucho escribir en el teclado del ordenador; le gusta ver como al pulsar, a su modo las teclas, van surgiendo los signos en la pantalla. Hay que entender lo gratificante que tiene que resultarle comprobar que un pequeño gesto, uno que él puede hacer de alguna manera, revierte de forma inmediata en la pantalla del ordenador. Bien, el de escribir una carta que lanzamos al universo-sideral-mundial es un juego que hacemos desde mucho tiempo atrás. Lo normal es que Daniel empiece tocando el teclado con los puños. Es un movimiento reflejo. Pero ayer vi que de forma absolutamente espontánea abría bien los dedos, y que ya no atinaba a grupos de letras, atinaba a teclas sueltas. Y que iba buscando signos diferentes. Atravesamos una época en que cada día hay algo que descubrir con él…. Hay que empezar a plantearse un teclado adaptado, está claro.

Daniel aporta muchas cosas a nuestra vida. Muchísimas. Y una de ellas es, sin duda, optimismo y alegría, confianza. Y en los días grises, mucho sol.

8 comentarios:

Fernando dijo...

Hola a los tres, Luisa, Inma y Daniel!!!
¡Estoy seguro de que todos vuestros esfuerzos Daniel os los recompensa con creces!
Estos niños tan estupendos, estos alegres espíritus blancos, están llenos de cariño para con todos los que les rodeamos. Ellos agradecen cualquier pequeña cosa que se hace por ellos, cualquier rato que les dedicamos... y poseen una cualidad que a nosotros nos falta en ocasiones: el poder sacar de todas las cosas su lado maravilloso.
Un abrazo

Anónimo dijo...

..y Pocoyó, Heidi (sí, la nuestra jeje)...cantidad de puntos de contacto...sencillez.
Sol de inocencia y verdad.
Millones de besos agradecidos.

Anónimo dijo...

Hola, soy Paula la madre de Clara, no sé si os servirá pero en el Fnac por 20 € venden un teclado para niños, no es adaptado pero es más grande de los normal con diferentes colores para los números, las letras, etc a lo mejor funciona...

besiños

Laura dijo...

Me gustan tus post porque nos cuentas la vida de Daniel de una manera tan sencilla,amena y NORMAL que la mayoría de las veces los leo con una sonrisa en los labios.
Sobre todo porque a través de las palabrás,además de mucho cariño se lee esperanza y positivismo,nunca compasión,tristeza o renuncia.Gracias por ello.Y por transmitirnoslo.
Respecto a las tardes con Diego..........desde hace un tiempo para mi es dificil entender cómo jugar con mi hijo cuando su manera de "jugar" es algo distinta.Desde hace tiempo andamos toda la familia algo desubicada en éste tema......sobre todo sus abuelos.El ver la tele,el jugar al ordenador...me alienta pensar que su vida llegará a normalizarse de algún modo y disfrutara con lo mismo que hacen los demás aunque sea a su modo.(lo de quejarse porque le ponga tánta ropa como una cebolla lo sabe hacer de rechupete)
Un abrazo

Anónimo dijo...

Es que pasar de la ligereza del verano a estar cubierto de ropa es un fastidio... pero la rabieta sólo dura hasta que sales a la calle y te da la primera ráfaga de aire...
Es bueno saber que quedan dibujos animados en condiciones... cuando yo era pequeña veíamos también Heidi, Marco, Los Músicos de Breme, Los Fruitis (por cierto, siempre me hizo mucha gracia que precisamente la piña se llamara Gazpacho y fuera andaluz, ¡Eligieron una fruta muy típica de aquí! jajaja) etc...
En cuanto al ordenador, ya se sabe todo el provecho que se le puede sacar)... cuanto antes empiece con él, mejor (y también todas las rabietas si es como el mío XD, por cierto, de momento, como ves, he conseguido escribir en los blog que no podía a través del explorer-que no del Mozilla- a ver cuánto me dura).
Besos.
Rosa.

Anónimo dijo...

Es que pasar de la ligereza del verano a estar cubierto de ropa es un fastidio... pero la rabieta sólo dura hasta que sales a la calle y te da la primera ráfaga de aire...
Es bueno saber que quedan dibujos animados en condiciones... cuando yo era pequeña veíamos también Heidi, Marco, Los Músicos de Breme, Los Fruitis (por cierto, siempre me hizo mucha gracia que precisamente la piña se llamara Gazpacho y fuera andaluz, ¡Eligieron una fruta muy típica de aquí! jajaja) etc...
En cuanto al ordenador, ya se sabe todo el provecho que se le puede sacar)... cuanto antes empiece con él, mejor (y también todas las rabietas si es como el mío XD, por cierto, de momento, como ves, he conseguido escribir en los blog que no podía a través del explorer-que no del Mozilla- a ver cuánto me dura).
Besos.
Rosa.

Anónimo dijo...

Hala, ahora se me ha duplicado, dichoso chisme... ¿Ves, lo de las rabietas? XD
Rosa.

Luisamiñana dijo...

Es cierto, Fernando. Todos cuantos de una u otra manera tratamos con chicos "especiales" sabemos que en verdad lo son y que devuelven en afecto, alegría, enseñanzas y esperanza muchísimo más de lo que uno puede hacer para ellos.

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Ya, ya... te veo a tí aprovechando para recordar..., Mima. Yo no sé porqué, pero nunca vería dibujos animados por mi cuenta seguramente, y sin embargo cuando lo hago con los críos me siguen pareciendo impresionantes: es un género francamente complicado, aunque parezca todo tan sencillo.
Besotes para ti y tuta la family, pocoyós incluidos...

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Jolín, Paula, ¡muchas gracias!, lo voy a mirar, a ver si sirve para ir afinando mejor la motricidad y la diversión. Un beso.

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Lo de la normalidad, Laura, es tanto una sensación que realmente siento como un objetivo para todos. Hay muchas cosas en la vida de Daniel, como en las de Diego, que no responden al "canon", es así. Pero eso no quiere decir que no se pueda alcanzar un grado de normalidad en la vida cotidiana. Y siempre me ha parecido muy importante intentar conseguirlo, porque creo sinceramente que a partir de ahí se trabaja mejor, se entienden mejor las cosas, la tensión disminuye y se optimizan los esfuerzos. Pero además es una necesidad de pura salud física y psicológica. En cualquier caso, yo sé que Daniel es feliz, muy feliz, y los demás lo somos con él, a pesar de todo.
Lo de los juegos. No siempre es fácil, es verdad. Qué te voy a decir... Hay que adaptarse, claro. E ir probando... Tampoco te obsesiones, ya sabes. Creo que es mejor probar con cosas a las que responda él, sean o no sean las que usan los demás. Tú ya sabes.
Besos, Laura.

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¡Me encanta, Rosa, lo bien que recuerdas todavía todas las cosas de la niñez! ¡Con tanta frescura! Lo de la ropa no nos ha gustado a nadie, es verdad. A mi tampoco. Sigue sin gustarme, ja ,ja
Los dibujos: hay que fijarse en los más chachis. Hay cosas realmente buenas, y mucho más adaptadas a niños que antes, creo. ¡Vaya con tu gazpacho! Por aquí, ahora que nos han dado otra Expo (la de huertas y tal, Expocol, le llamo yo) creo que quieren ponerle "Borrajita" a la mascota (la borraja es una verdura típica de Aragón).

Besotes, guapa