lunes, 23 de noviembre de 2009

Su igualdad está en su diferencia



Hace unos días leí en el blog de mi amiga Marta Navarro (inteligente y comprometida siempre) -Entrenómadas- la referencia al espectáculo musical "La niña del pelo amarillo", que ha puesto en marcha la Plataforma del Voluntariado de España. A continuación copio ese mismo texto que Marta reseñaba y que venía a su vez de CanalSolidario.org. Lo completo un poco con algunas notas más tomadas de la página de la Plataforma del Voluntariado, en la que además hay fotos y acceso a los temas musicales del espectáculo y a una unidad didáctica que se puede descargar.

No mucho más que añadir a lo que a continuación vais la leer. Simplemente que la iniciativa me parece muy importante y que espero que vaya recorriendo las diferentes comunidades autónomas. Y una cosa más: hacer sobre todo hincapié en esa frase que titula el post: su igualdad está en su diferencia. Me explico: muchas veces desde esta página hemos reivindicado la normalización de la vida para la gente con discapacidad. Pero, como bien apuntaba hoy La mamá de Teresa (Diario de una chica con síndrome de down) -en un comentario introducido al post dedicado a la película "Yo también" - esa normalización no quiere decir que las personas con discapacidad y sus allegados tengan que vivir presionados por una meta absurda de alcanzar un "nivel de normalidad". Todo lo contrario. Quiere decir que debemos empeñarnos en reconocer la diferencia como normal. Ya lo remarcábamos igualmente en otro post (Lo diverso y lo visible). Debemos empeñarnos en enriquecernos con la diversidad. Por eso me ha gustado encontrar esa frase en el dosier que explica los objetivos del musical "La niña del pelo amarillo".


Foto: Ignacio Navas (Imagen en Acción)




¡Eres diferente, único y genial! Con este mensaje la Plataforma del Voluntariado de España ha realizado una obra de teatro sobre la diversidad que ya han podido disfrutar 2000 niños y niñas entre 3 y 10 años.

A través de canciones y escenas llenas de fantasía, la obra musical “La niña del pelo amarillo” relata la historia de una niña diferente. “La niña es marginada por tener el pelo rubio, algo que a cualquiera le puede parecer absurdo. Con esto les contamos a las niñas y los niños que todas esas razones que nos suelen llevar a marginar a tantas personas son igual de absurdas”, apunta Begoña Isbert, responsable del proyecto y actriz en la obra.

La niña del pelo amarillo, Sara, busca su lugar en el mundo y -en el camino- hará unas amistades muy especiales: un nenúfar parlanchín, un niño que finge ser ciego para encontrar cariño y un travieso gnomo. La aventura que les propone una peculiar bruja se convierte en el camino para entenderse y apreciarse.

Seis actores profesionales dieron vida a Gnomo, Bruja, Nenúfar, Sombrilla, Madre y Sara en “La niña del pelo amarillo”, una obra musical que según la responsable del proyecto y la bruja de la historia, Begoña Isbert, pretende:“enseñar que las exclusiones son absurdas”. Un total de cinco funciones en el Teatro del Carril del Conde de Madrid que disfrutaron 2000 niños y niñas de doce colegios públicos de la Comunidad de Madrid.

Esta iniciativa forma parte de la línea de trabajo del Plan Estatal del Voluntariado en el área de sensibilización cuyo objetivo es sensibilizar desde la escuela. Luciano Poyato, presidente de la Plataforma, señaló que: “no podemos esperar, es fundamental inculcar, cuanto antes, valores de solidaridad, de compartir...En un mundo en el que prima el tanto tienes, tanto vales“. La elección de hacer teatro y no otra inicitiva se debe, como indicó Isbert, a que éste “es una herramienta visual con un componente lúdico”, que ha dado como resultado una obra dinámica, llena de canciones pegadizas y de magia, que conducen a Sara entender que “su igualdad está en su diferencia”. Los doce centros que acudieron a las funciones recibieron el disco con la música de la obra y una unidad didáctica para que desde las aulas puedan trabajar sobre el mensaje del teatro: “cada uno es diferente, único y genial”. Algunos objetivos educativos del proyecto:



– Sensibilizar a los niños y niñas desde un punto ético y moral, sobre el sentido y la importancia de ayudar para vivir en una vida en paz y armonía con las y los demás.

– Descubrir las actitudes que nos llevan a construir un mundo justo y solidario

– Aprender a respetar a las personas y a quererlas tal y como son.

– Descubrir nuestras diferencias y las de los demás y valorarlas.

– Conocer otras culturas diferentes a la nuestra y favorecer el acercamiento entre culturas como primer paso para construir la paz.

– Descubrir situaciones de injusticia que se producen en el entorno cercano.

– Reconocer y valorar las aportaciones de otras culturas.

– Fomentar actitudes de justicia en la infancia.


Fuente: CanalSolidario.org /Plataforma del Voluntariado/ Entrenómadas

6 comentarios:

entrenomadas dijo...

Luisa, los inteligentes y comprometidos son los del Teatro. Yo creo que esto se debería llevar a muchas ciudades. A mí me encantaría que así fuera, además creo que es necesario.

¿Los traemos?,

K,

Marta

Luisamiñana dijo...

Pues, podríamos intentarlo, claro, desde luego. Lo vemos.

Kss,

mama de patu dijo...

hola,soy silvia del blog niños especiales ayudemoslos muy interesante tu blog, hermoso dany, besos

ybris dijo...

Ya había leído la entrada de Marta y me había parecido una iniciativa excelente.
Efectivamente la clave de todo está en que la diferencia de los diferentes es la base de la igualdad que se les debe. Es evidente que no se puede proponer como ideal hacer que todos tengan las mismas capacidades sino que se los integre justamente por ser diferentes, únicos y geniales.
Me vienen recuerdos de hace muchos años, en la Facultad, cuando discutía con un compañero ciego siempre que él quería demostrar que podía hacer lo mismo que todos y yo le decía: "No le des vueltas, Manolo, eres ciego y necesitas que te ayuden en un mundo hecho para videntes. Yo de ti voy aprendiendo el modo de orientarme a oscuras y de hacer cálculos mentales entre otras muchas cosas". Desde luego nunca fui capaz de aprender a discriminar los puntos de los caracteres Braille que él percibía a toda velocidad y se partía de risa cuando yo no acertaba una tratando de decirle el número y posición de los puntos. Y desde luego jamás olvidaré sus emocionantes y poéticas descripciones de lo que un ciego siente recorriendo con los dedos el cuerpo de alguien a quien desea y ama.
Será todo un éxito que logréis llevar ese espectáculo a Zaragoza. Seguro que merece la pena intentarlo.

Besos.

Luisamiñana dijo...

Gracias, Silvia. Vi tu blog lleno de cariño. Un beso para la familia.

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Ybris, siempre he admirado tu capacidad de comprensión y de empatía. Perfectamente explicada por tu parte la cuestión de que la riqueza está en la diversidad. Perfecta y emocionantemente explicado. Un beso.

laMima dijo...

Ya ví el post de Marta y comprendí que era una iniciativa fabulosa. Una buena idea. Sería genial poder tenerlos en la Zity...
Yo ahora quería resaltar esa idea que apuntas: hablar de normalidad no tiene que ver para nada con uniformidad.
Al margen del esfuerzo que se haga por superarlas, es imprescindible tener presentes las limitaciones de cada uno (no sabes lo que le recalco a Ainhoa que no debe bajar las escaleras corriendo como sus compas de clase, al menos de momento) son una obviedad. Además forman parte de nuestra condición: negarlas es en cierto modo negarnos a nosotros mismos.
Solo queremos que las diferencias (determinadas diferencias) dejen de ser señaladas, miradas de reojo, con lástima o respingo. Eso, creo yo, es la normalización.
Y me enrrollaría mucho pero he leído a Ybris: "la diferencia de los diferentes es la base de la igualdad que se les debe" y me quito el sombrero.
Sencillamente se trata de eso.