Tenemos muchas cosas que contar y no mucho tiempo en estos días para hacerlo. Pero no importa. Hay experiencias y situaciones que no pierden ningún valor aunque se postergue su puesta en común, porque lo que aportan, lo que nos gustaría aportar no tiene nada que ver con lo que pasa por nosotros, sino más bien con lo que se queda con nosotros. Digo ésto hoy especialmente pensando en el trabajo del amigo Chema Lera, ilustrador y escritor, que el otro día me mandó una hermosísima página del próximo libro que va a publicar, Dora soñadora. Una página que desearía poder mostrar ya aquí, aunque habrá que esperar a que el libro salga el próximo día 30 al mundo. Una página que me llenó de alegría, de emoción, de gratitud. Una página solidaria, bella, bondadosa.
Fue el propio Chema quien me enseñó algunas cosas que no sabía sobre el dibujo de Daniel que hemos colgado, Hojas de otoño. Un dibujo realizado en la pizarra mágica-digital. Se lo enseñé el día que lo escaneé y Chema primero me preguntó si Daniel elegía el color. Porque le llamó la atención la voluntad de acercarse al tono real de las hojas otoñales. Yo no lo sabía con certidumbre, pero Inma me dijo que sí, que la práctica en la pizarra incluye que los chicos seleccionen los colores del trabajo. Luego Chema me hizo notar la intencionalidad en varios de los trazos de la forma de la hoja: los trazos laterales y como al terminar la pizarra por abajo se produce el horizontal, los trazos curvos superiores... Y además va y me dice: y mira alrededor... las hojas caídas en el suelo...
Así que quiero desde aquí darle las gracias a Chema Lera porque, ¡caramba! no sólo nos ha regalado unas ilustraciones y unos textos hermosos y magníficos en su Dora soñadora (ya veréis, ya...), sino que me ha enseñado, con su sapiencia y mirada plásticas, algo de Daniel que no sabía a ciencia cierta: que no sólo lleva tiempo y tiempo este chaval acumulando información en su cabeza (eso sí lo intuyo desde hace mucho), que esa información se ordena bien (lo cual también era sospechable desde hace mucho), sino que al igual que está ocurriendo con la expresión oral o el lenguaje aumentativo de los programas de ordenador, en otras formas de comunicación, como el dibujo, es capaz de organizar un mensaje completo. Tengo que reconocer que lo de las hojas caídas en el suelo me impresionó.
9 comentarios:
Verdaderamente emocionante tu entrada hoy.
Daniel es un poeta, Chema Lera un artistazo y tú la mirada más intensa de todo lo que en ese entorno se te muestra.
Efectivamente, la mirada de Daniel al suelo en busca de las hojas caídas del otoño, su percepción de su color y de su forma son muestra indudable de lo que ya sabíamos:
Dentro de Daniel bulle todo un mundo que pugna por hallar el modo de expresarse.
Estoy convencido de que todos los instrumentos que conquiste con su aprendizaje irán descubriendo la belleza de cuanto lleva dentro.
Ya informarás sobre el libro de Chema Lera.
Abrazos a ti y a los demás artistas que hoy aquí se nos muestran.
Ciertamente es un post maravilloso.Este y el anterior reflejan muy bien lo que es Daniel,un niño observador que aprende y que intenta comunicar lo que aprende.CReo que tenemos todo un año por delante para que nos cuente muchas cosas.Un besico enorme al pintor
Que regalo lo de Chema, si, pero ese dibujo de Daniel es para nota. Que poco sabemos de todo querida...
Besos
Bien por Chema, Luisa, bien por ti, por compartir tus emociones, esperanzas y momentos, y bien por Daniel, el artista.
Un besazo enorme para todos.
Loli
Hola acabo de encontraros por la red, soy Inma Cardona, madre de un bombón que se llama Miguel. Miguel tiene autismo, es muy diferente a la parálisis cerebral, pero es muy común en cuanto a la defensa de sus derechos y su dignidad. Además tengo otros dos hijos, Roberto e Inma. Considero muy importante que hagamos visibles a nuestros hijos, sobrinos, nietos... en la red y me encanta como lo hacéis, con una visión positiva dando valor a todo lo que hace Daniel y mostrando su día a día, para que se pueda conocer un poco más de cerca la realidad de los niños diversos. Mucho ánimo con el blog, un saludo Inma Cardona
La verdad es que todos estamos "redescubriendo" a Daniel. Así que creo que andamos iniciando una nueva etapa en su crecimiento personal. Y eso es fantástico, porque continuar caminando y ayudándole a hacerlo es una tarea apasionante.
Inma (Cardona, lo digo porque Mima -cuyo blog si no conoces te recomiendo vivamente- también es Inma): bienvenida. Absolutamente de acuerdo con tu planteamiento de principio a final. En eso estamos.
Un abrazo a todos
Uf, gracias Luisa, si no hubiera niños como Daniel no sé qué haríamos con los verdaderos dibujos, con los que merecen la pena, esos que salen del corazón y no de las manos, que a veces resultan un estorbo.
Un besazo para él, otros para est@s amig@s tan generos@s, y otro para tí (y deja ya de ponerme colorau)
Cuando noviembre me cubra con su manto y me deje adormilada hasta que llegue el invierno, volveré a las hojas de Daniel. No puedes imaginar cómo me han conmovido. Sus trazos endulzan el ruido que la hojarasca produce cuando se quiebra bajo las pisadas del caminante.
Magnífica esa elección del color, acertada de verdad, y el detalle de las hojas caídas alrededor... el dibujo me recuerda al camino que lleva a la facultad, está lleno de hojas secas. De ese color.
Me gusta la visión de las hojas caídas en el suelo, y el sonido que hacen al pisarlas. Combinado con una buena ráfaga de viento frío y olor a lluvia (dos cosas que por aquí todavía estamos esperando este año), me hacen sentir en paz, no sé porqué.
Felicita a Dani de mi parte, su dibujo consigue despertar "algo" en quien lo ve, y eso tiene su miga.
Besos.
Rosa.
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