martes, 6 de octubre de 2009

En la moto, con la cabeza erguida

Agentes de la Policía Municipal de Zaragoza acudieron el viernes pasado al Ángel Riviere para pasar un rato con los chavales. A finales de curso pasado fueron los chavales quienes visitaron uno de los cuarteles de la Policía y muchos de ellos pudieron subir a los cars (hubo post, claro). Esta vez, como veis en la fotografía, les dejaron probar un ratillo las motos. La sonrisa de Daniel no puede ser más evidente: ¡ésto mola mogollón!. Ciertamente es agradable que los agentes confraternicen con los chicos y que éstos tengan, como los demás niños de otros colegios, la posibilidad de verles de cerca y de probar esos vehículos que siempre les llaman tanto la atención. Esto por un lado.

Por otro, resulta que si miráis con un poco de atención la foto, veréis que Daniel, sin apenas ayuda, mantiene una postura completamente recta: véase esa espalda - como un palo, casi-; véase esa cabeza, con gorra y todo. Bueno, bueno... Hace días que todos observamos y estamos de acuerdo en que el chaval cada vez aguanta y mantiene mejor la cabeza. Pero también somos unánimes en observar que, como partidario que es de la ley del mínimo esfuerzo, en cuanto se cansa un poco y tiene posibilidad de apoyo, allá que voy: dejo caer la cabeza contra el cabezal de la silla, el hombro de mamá (o papá o quién haya sostiéndome), o hago como que la cosa no va conmigo y bajo hacia adelante este bolo mío. Ahora bien, que hay dibujos o peli que ver en la tele, pues puedo pasar largos ratos sin coscarme de si me canso o no de aguantar la cabeza sobre los hombros; que hay que alcahuetear alrededor lo que sucede por la calle, pues idem; que hay que estar encima de la moto de este señor policía tan simpático, pues idem de idem... O sea, que cuando me interesa algo, la cabeza está en su sitio y cuando no, pues depende...

Pero, oh pequeño asunto: mantener el equilibrio de la cabeza es fundamental para hacer lo propio con el equilibrio de tronco, el cual a su vez es fundamental si quiero poder hacer las cosas que me gusta hacer: por ejemplo, manejar un poco el ratón del ordenador, el teclado, el pulsador, las teclas del comunicador, etc. Y poder desarrollar esta habilidad es bueno para aumentar la capacidad de comunicar, lo cual a su vez es genial para que este cerebro -que al parecer anda madurando mejor de lo esperado- organice todas estas cosas que estoy aprendiendo, que me divierten tanto y que al compartilas con quienes me quieren nos hacen pasárnoslo pipa. Porque además me encanta comprobar que estamos comunicados, y me encanta hacer esas cosas, y otras: cuando veo que me salen, me entra la risa, risa a tutiplé...

La cabeza, sí: no me va a quedar más remedio, que ya me lo dice Patricia cuando voy a la terapia ocupacional en Aidimo: ¡Daniel, hay que quitar el cabezal de la silla...! Como vea esta foto Patricia...


5 comentarios:

ybris dijo...

Formidable Daniel.
Si alguna vez lo hace es que puede hacerlo.
Así que, si es capaz de hacer lo que se ve cuando le ponen en una moto bajo una gorra habrá que motivarle a ello siempre.
En realidad la ley del mínimo esfuerzo es general. Lo cual quiere decir que la del máximo esfuerzo hay que currársela en cada caso.
Esa sonrisa de Daniel es la mejor prueba de que se le olvida lo fácil cuando está disfrutando de verdad con lo que le gusta

Me alegran enormemente los progresos de este chavalote tan querido como comodón.

Besos a todos.

Clara dijo...

Guapo¡: pero que bien vas en la moto. Tu tía, olvida algunas cosas: En lo del minímo esfuerzo,ella ya sabes que es muy currante,pero te aseguro,que yo hago muchas veces lo que tú,miro para otro lado,me escaqueo,nunca pruebo dos veces si fué mal. Y el rollo Daniel, es que los dos podemos hacerlo... Luisa estamos contigo.

Besitos. Te han contado que tengo dos perros

laMima dijo...

Míralo que chulo ahí en la moto..jaja, está genial.
Pues ya sabéis, hay que seguir provocándolo: el segundo escalón de El Langui, después de la ilusión, se llama esfuerzo.

Luisamiñana dijo...

Ybris, a menudo creo que Daniel es de los que se dedican a rentabilizar lo máximo con lo mínimo... es un listo, ja ,ja... Pero eso a menudo, nos obliga a hacerle que se esfuerce; no es una cuestión sólo de su discapacidad, lo es sobre todo de educación, de su crecimiento como persona. Así que habrá que insistir. De todas formas, ultimamente parece como más "razonable", ja,ja...
Un beso

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Anda, Clarita, que ya te vale... haciendo piña con el listo, ja ,ja... ya, ya, el es más simpático, lo entiendo...
Besos a todos, incluidos animalistos;)

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Ay, Mima, lo de la provocación funciona pero sólo a la contra, ¿me entiendes, no?
Así que ya ves. Pero ahí estaremos.
Besotes

Doberka dijo...

Es estupendo ver la sonrisa de felicidad en la cara Daniel, Luisa, esa sonrisa que lo llena todo, y por supuesto, que elija esforzarse más o menos teniendo en cuenta el interés de la cuestión dice mucho de las grandes y futuras posibilidades en cuanto su desarrollo intelectual. Y eso es maravilloso.

Besos para todos,
Loli