lunes, 27 de julio de 2009

¡Hola, papá!

Saludando así, me contaba Inma, entró Daniel el otro día en casa al mediodía, de vuelta del campamento. Era durante la semana de la mudanza al nuevo hogar. Su padre esos días cogió vacaciones en el trabajo y andaba en casa con los asuntos del traslado, aunque en ese momento exacto se había ido al piso antiguo para terminar de recoger algunos objetos. Daniel llevaba toda la semana viéndole cuando regresaba a la hora de comer. Y ese día se enfadó y se disgustó porque su padre no estaba. La relación con él es central y fundamental en la vida de Daniel, seguramente tanto por puro y evidente cariño, como porque ha depositado en la figura de papá el papel de "gran defensor". Por eso "papá" es una de las palabras en las que más ha insistido Daniel en su evolución parlanchina, aunque no siempre haya tenido en su boca la misma configuración fonética. En este caso, como en otros, ha sido muy importante siempre intentar reconocer su intencionalidad para reforzarle esos empeños suyos.

Creo que alguna vez ya hemos contado en el blog (no sé ahora si en éste suyo propio de Daniel, o en Luisamiñana.blog, antes de que abrieramos este espacio más concreto) una anécdota que yo recuerdo con mucha emoción todavía. Una escena cotidiana que al cabo del tiempo se convierte en punto de partida de una nueva vía abierta en los aprendizajes de Daniel, que entonces tendría tres o cuatro años. En aquella época íbamos a la piscina al polideportivo municipal Alberto Maestro. Inma aún no conducía. Y como Daniel todavía era pequeño, utilizábamos mi coche: plegábamos el carro adaptado de Daniel y lo metíamos en el maletero. Inma y Daniel viajaban detrás. Yo conducía. Ibamos hablando de cómo había ido la sesión de fisio en la piscina, de que ya era hora de volver a casa, etc: observaciones para situar a Daniel, como normalmente siempre hacemos. En medio de esa conversación entre Inma y yo, lancé una pregunta que yo creí retórica y que, sinceramente, no esperaba respuesta por parte de Daniel: ¿quién estará en casa cuándo lleguemos, Daniel? Y él, de un modo inmediato, dijo: Apu. Lo vimos claro al instante. Y repetimos, ¿Apu?, ¿estará Apu en casa esperándote?. Apu. Repitió el chaval. Y ya entonces la gran alegría, cruzando el puente de Las Fuentes, sobre el río Ebro, camino de casa: Daniel, le dijimos, ¿Apu?, ¡¡Apu es papá!! ¡Qué bien, podemos llamar a Apu ya siempre que queramos! Y Daniel reía como sólo él sabe hacerlo cuando entiende que le hemos comprendido, que la comunicación es completa, que ha conseguido algo nuevo.

Conseguir cosas. No es que yo crea que ésto es, de un modo esencial, necesario. Tenemos muy interiorizado el concepto de que sólo si "conseguimos" nuevas cosas nuestra vida es positiva. Y no creo que sea exactamente así. Se puede estar bien de muchas maneras. Pero lo cierto es, sin embargo, que la satisfacción derivada de ir completando metas es real. Y en Daniel esa satisfacción es muy evidente siempre.

Papá fue Apu durante un tiempo. Después, algunas veces se oía un "pá-pa" (el acento es el que escribo), pero lo normal es que Daniel llamase a Jorge como "a-a". Hasta que últimamente su pronunciación ya es mucho más concreta y el "pá-pa" se prodiga. "Má-ma" le cuesta un poco más, pero ya va saliendo también cada vez mejor y más frecuentemente.

Por mi parte, he tenido mucha suerte, porque la combinación "i-a" le ha resultado más fácil. Y también recuerdo perfectamente la primera vez que le oí nombrarme, cuando tenía tan sólo poco más de un año. Estábamos sentados en la terraza de mi casa, aprovechando las tardes de sol del primer otoño. Los adultos hablabámos entre nosotros; yo, que tenía al pequeñajo en mis rodillas, jugaba al mismo tiempo con él. Y en uno de esos arranques "empalagosos" de tía pesada le pregunte qué quién era yo. El mirándome dijo "í-a"; casi me da algo, además de una maravillosa alegría. He sido "í-a" desde entonces. Pero últimamente soy "tí-a" cada vez más, y esa "t", de verdad, me encanta.

2 comentarios:

laMima dijo...

Que emocionante leer esto, que gusto ver su esfuerzo....y la recompensa que va llegando.
Enhorabuena a todos. De verdad. Esto si que es un "tour".

Judit dijo...

He caído por aquí y veo que las cosas van muy bien. Espero que Daniel siga pasando un verano genial. Besos a todos.