martes, 5 de mayo de 2009

La risa de Daniel

La verdad es que Daniel es un chaval muy risueño. Para mí su risa ha sido fundamental desde hace tiempo. Risa terapéutica. Y también una forma de comunicación. La risa de Daniel fue al principio una de las formas de saber qué andaba por su cabeza: si ante algo que le gustaba reaccionaba, él se reía, como para hacernos saber que sí, que éso le gustaba y que por ahí íbamos bien. La risa era fácil para él. Su risa era y es un bien y un bienestar para todos. Su risa nos señalaba caminos.

Creo que no tenía más que unos dos o tres años cuando escribí ese poemilla de tono deliberadamente infantil que dejo a continuación,



Todas las cosas que puede hacer Daniel


Tu risa trota por los jardines y las horas,
ata los vientos del carrusel,
y agita el mar para que yo me ría.

Tu risa trepa a las nubes, con el sol
se enreda y juega al escondite,
pisa los charcos y se desliza
por el tobogán del tiempo.
Tu risa se encabrita, caballito de mis sueños,
molinillo que en el aire persigue
mis palabras como a un pájaro.

Tu risa cuenta mil historias, mil
deseos, y no para de la mañana
a la noche. Es música entre
tus dedos y habla con mis orejas,
y vuela de ventana en ventana
como los héroes y las leyendas.

Tu risa corre como un río y salta
entre los árboles horadando
las lágrimas que no deseo.
Tu risa pronuncia nuestros nombres
y nos recibe con tanto amor
que poco más importa que quererte.

Tu risa trae de la mano
entero al mundo porque tu risa
es nuestra casa y nuestra respiración.



Como dije hace unos días, hoy a Daniel le sale muy bien imitar la risa de Tolola, la niña protagonista de una de sus series de dibujos animados preferidas. Un día de pronto empezó a ensayar una risa que no le conocíamos. Comentamos: fíjate cómo se ríe ahora, como a partes, como medio tosiendo. Y un día, viendo la serie, nos dimos cuenta de que al principio de cada episodio los protagonistas se reían de una forma similar. Nos dimos cuenta de que Daniel imitaba. I-m-i-t-a-b-a: una de las actuaciones fundamentales en el aprendizaje. Lo haría seguro con muchas más cosas, si tuviera la capacidad motriz de expresarlo bien. Así que de nuevo la risa nos volvió a dar pistas sobre su mundo interior.

El otro día lanzamos un enlace a un video de Juan y Tolola (así se llama en España; el original es Charlie y Lola), pero creo que se merece otro:











3 comentarios:

laMima dijo...

La risa de nuestros niños es nuestra casa, la ventana por donde entra la luz y el aire.
Claro que sí.
Besos.

Rosa. dijo...

Magífica descripción de la risa la que haces en ese poema. Magnífica y real.
Me gusta ese toque surrealista que tienen los dibujos... no sé, en cierto modo, la mente de los niños tiene también ese toque... o al menos creo que la mía lo tenía (si es que no lo sigue teniendo XD).
Un beso.
Rosa.

ybris dijo...

Incluso sin oír el sonido de la risa de Daniel ya se ve por sus fotos cómo se comunica con su risa.
El poema es conmovedor como debe serlo lo que transcribe el sentir de un niño, especialmente si no sabe hacerlo de otro modo.
No me extraña que intente imitar la risa de Tolola. Mis nietas me tienen bien acostumbrado a todas las series del Playhouse Disney y veo como imitan todo lo que ven. Sé que si Daniel pudiera hacerlo exteriorizaría lo que internamente siente con toda seguridad: el baile debido a la música que escucha y hasta el grito de los dos cocinillas de los platos infantiles llamando, como hace mi nieta mayor: ¡Adultoooo!
Seguramente Daniel dice todo eso con su risa.

Un besazo para ese risueño y querido personaje.
Y un enorme abrazo para cuantos disfrutáis de su risa.