La otra tarde estuvimos un ratito viendo dibujos animados. A Daniel las emisiones de Playhouse todavía le gustan bastante. Y encontramos una serie que no habíamos visto. Yo creo que es de reciente emisión en el horario de tarde. Se trata de Pinky Dinky Doo. Me gustó mucho cómo está hecha, el tipo de dibujo, el desarrollo de la historias, los colores. Y lo que más me gustó es que entre los niños que acompañan a la protagonista hay uno que va en silla de ruedas. Me sorprendió gratamente, sobre todo porque no hay un tratamiento diferente para él, es uno más dentro de la historia. ¡No os podéis imaginar lo que supone poder decirle a Daniel -en plan divertido, propio de la ocasión-, mientras ve los dibujos: mira, ese nene va motorizado, como tú, y que él pueda por una vez sentirse reconocido en un medio como la televisión, en un programa sin más, no específico! Os dejo un video presentación de la serie: en él no aparece demasiado el niño en silla de ruedas, pero en el capítulo que estuvimos viendo sí lo hacía casi todo el tiempo.
2 comentarios:
Hola: la verdad es que es muy raro que en una serie infantil o juvenil, ya sea de dibujos o de personajes de carne y hueso, aparezca alguno de ellos con alguna minusvalía. Se hacen esfuerzos integradores en cuanto a razas, religiones o sexos, pero... ¡qué pocas veces se busca esa integración en cuanto a las discapacitaciones!
Esperemos que, como en todo, acabe llegando, pues es una manera inmejorable para perseguir la plena aceptación en la sociedad.
Un abrazo
Oye, eso es genial, si señora.
Efectivamente todo pasa por mostrar todas las diferencias sin más aspavientos: como suceden en la vida normal.
Me ha gustado eso si. Debería cundir.
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