vacaciones de verano

Se acabó el mes de agosto y con él se acaban las vacaciones de verano. Este año las hemos tenido un poco mas tarde que otros años y han sido un poco distintas. Hemos ido un par de días a la Expo, y la verdad que la experiencia ha sido bastante gratificante. No hemos tenido problemas para entrar en los pabellones ni de acceso a ningún sitio. Como nota curiosa quisiera apuntar la accesibilidad que tenían por ejemplo en el pabellón de Italia que pese a que tenía unas hermosas escaleras para subir y bajar, había unas plataformas para subir las sillas de ruedas que estaban muy bien. Le hice una foto a Daniel para que lo vierais aunque supongo que muchos ya habreis estado y lo habreis visto.

También hemos estado en Biescas. Un pueblo precioso todo lleno de verde verde y verde por todas partes. Lo que mas hemos agradecido la tranquilidad y el fresquito. No hemos pasado nada de calor y eso la verdad se agradece mucho en el mes de agosto y mas con Daniel que suda mucho en verano. El horario le cambió, la verdad y bastante porque se dormía entre las 12 y la una y luego claro tampoco madrugabamos mucho, hasta las 9.30 o así no se despertaba y eso para Daniel es levantarse tarde.

Hemos ido de excursión casi todas las tardes a merendar así que Daniel ha merendado cada tarde en un pueblecito nuevo, un día en Broto otro en Jaca, otro en la frontera y así casi todos los días.

En frente de la casa donde estabamos estaba la piscina municipal, y claro, como yo soy bastante piscinera y Daniel también, decidimos bajar una tarde a probar la temperatura del agua ya que nos habían informado de que está bastante fresca. Lo cierto es que aquello en vez de una piscina es como un congelador, me metí despacio y a los cinco minutos no sentía mis piernas, pero a pesar de todo metimos a Daniel y le daba igual que el agua estuviera caliente o fría, estuvo como diez minutos dentro y lo sacamos para que volviera a coger temperatura ya que no regula muy bien lo de los cambios de temperatura y a los veinte minutos o asi lo volvimos a meter otra vez. Aquí os dejo una foto donde estamos los dos en el agua para que veais lo poco que le importaba que estuviera fría. Eso sí cuando salió del agua le costó un buen rato volver a recuperarse pero creo que le gustó la experiencia.

En general no ha estado mal el verano, y eso que aún nos queda la semana de la delfinoterapia en octubre que ya la estoy esperando como agua de mayo.