sábado, 28 de diciembre de 2019

Cine con barreras


-->
La tarde del día de 25 fuimos al cine. Vimos Star Wars, con el cine bastante lleno de infantes y adultos, en una sesión absolutamente familiar y navideña. La película importa aquí, no porque merezca demasiados comentarios (que no), sino porque para muchos la saga forma parte de alguna forma de las tradiciones navideñas, y sobre todo porque a Daniel le gusta (creo que especialmente la música). Bostezó alguna vez (también los demás), en algún momento creo que se perdía en el -llamémoslo-argumento (también los demás), pero en general se lo pasó bien las dos horas y casi veinte minutos de proyección, más el casi cuarto de hora previo de publicidad. Fue una buena tarde en los cines de Grancasa.




¿Y por qué cito los cines? Porque quiero agradecer, sobre todo al trabajador que nos acompañó hasta nuestras localidades, su disposición y empatía. Ir al cine en silla de ruedas sigue siendo bastante complicado. En nuestro caso, doblemente complicado, porque alguien tiene que sentarse al lado (junto a, quiero decir, no detrás) de Daniel obligatoriamente, y las habituales ubicaciones reservadas para las sillas de ruedas muchas veces no lo permiten. De hecho, esta vez situamos finalmente a Daniel con su silla en el pasillo, junto a la butaca extrema, con toda la comprensión y facilidades por parte de este amable trabajador, que además indicaba a todos los demás espectadores de nuestra misma fila que, por favor, dieran la vuelta para ocupar sus localidades. Muchas gracias también a ellos.

Quiero también explicar que elegimos los cines Grancasa, porque en el horario de tarde adecuado para las costumbres cotidianas rutinarias (y bastante inamovibles) de Daniel eran los únicos que, a priori, sobre la web, disponían de una ubicación mínimamente cómoda para las sillas de ruedas. Otros cines del centro de la ciudad ofrecían a esa hora la película en una sala de mucha capacidad, pero en la que las plazas para sillas de ruedas estaban en la primera fila y en una esquina, o sea, lo que nadie suele querer, y menos en una película como Star Wars. Para no faltar a toda la verdad, quiero decir que en estos mismos cines, imposibles para nosotros el día de Navidad, pudimos ver El Rey León hace unos meses en otra de sus salas, sin más dificultad que la necesidad de utilizar una entrada trasera diferente al resto de la gente, donde está el ascensor (como sabrán los habitantes de mi ciudad esos cines del centro tienen la entrada muy, muy en alto); igualmente quiero recordar que los trabajadores que entonces nos acompañaron fueron super-amables. La localización de las plazas para silla de ruedas no eran tampoco de lo mejor, pero por lo menos estaban hacia la mitad del cine.

El asunto es que las salas de cine han hecho lo mínimo para adaptarse a la normativa de accesibilidad, que tampoco les obliga a más, claro. Que no parece que hayan preguntado qué tipo de diversidades funcionales físicas e intelectuales pueden tener sus espectadores. Creo que sólo han hecho un hueco en las salas para ubicar sillas de ruedas, allí donde y cómo menos problemas y costes les suponía. Sigue habiendo escaleras en las salas, y seguirán así, porque en salas pequeñas es complicado sustituirlas por rampas y conservar visibilidad. Así que quizás deberían plantearse introducir elementos mecánicos de accesibilidad, por ejemplo, o diferentes puntos de entrada a las salas. Sé que habrá quien diga que no se ve a muchas personas con diversidad funcional en el cine… Ya… A veces no es fácil que puedan ir. Pero, es evidente que nadie se lo facilita demasiado, tampoco. Así que el público con diversidad funcional es un público que seguro termina mejor viendo las películas en su casa, claro. Y con él, quienes solemos acompañar. Y estoy hablando de la cuestión de la silla de ruedas y de la carencia de capacidad de autonomía para estar solo, como es el caso de Daniel, que es lo que mejor conozco. Pero en la actualidad ya podrían implementarse soluciones tecnológicas para otras diversidades, y nadie lo está planteando. A la larga, otro mal síntoma para el cine como espectáculo público.

No hay comentarios: