Este es Daniel adulto. Un tipo serio, que va de garitos. La
foto se la hizo su madre el viernes, día del Pilar, por la tarde, en un céntrico bar de la
ciudad. Daniel me dijo que él solamente había bebido su habitual zumo de
melocotón, mientras sus progenitores daban cuenta de un par de Pilsen. Eso sí, me dijo que le había gustado mucho ir de
garitos, y que ya era un adulto (nueva palabra pronunciada)
- Ah, así que eres un adulto. ¿Desde cuando?
- Ayer
Tal cual. Para chincharle un poco, introduje un falso dilema (lo
reconozco): entonces, Daniel, le dije, si eres adulto ya, no parece muy
adecuado lo de las Ferias… (Debo acotar que Daniel se pirra por la tómbola,
sobre todo la tómbola Antojitos, y que se pasa medio año esperando que lleguen
las fiestas del Pilar para ir al recinto de las Ferias de atracciones, y que yo había ido a su casa porque luego nos íbamos los cuatro a la bullanga)
Daniel me mira con un poquito de asco, una cara como la de
Rosa María Sardá pronunciando “Honorato”, que le sale muy bien. Repito la
cuestión: entonces, qué prefieres ¿ser adulto o ir a las Ferias?
- Las Ferias
Y este es Daniel en transformación, un par de horas más tarde, en la tómbola
Antojitos. Que la juerga nos acompañe. Y la paciencia.
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